Llega la primavera. Aumenta la luz, las temperaturas y hay mayor agua post precipitaciones. Con esto, florecen muchas plantas y las aves que se alimentan de ellas se hacen cada vez más notorias. Son ellas las que, en plena época reproductiva, se alimentan a ellas y a sus crías, a la vez que ayudan en la polinización y la dispersión de semillas. Aquí te compartimos algunos registros de esta relación.
En primavera, las aves buscan ser vistas y escuchadas, mostrando comportamientos como cantos y cortejos, lo que marca el inicio de su época de reproducción. Este cambio se debe al aumento de horas de luz y temperaturas, que favorecen la floración de plantas y la disponibilidad de alimento, ideal para la alimentación de las crías. Estas condiciones permiten a las aves coordinar sus ciclos reproductivos con la estación, aprovechando el néctar y los insectos que visitan las flores.
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Las aves desempeñan importantes funciones ecológicas en su búsqueda de alimento, como la dispersión de semillas y la polinización. Al alimentarse de frutas pequeñas, eliminan las semillas a través de sus heces, ayudando a las plantas a dispersarse. Además, al consumir néctar, como lo hacen los picaflores, transportan polen entre flores de la misma especie, facilitando la polinización.
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Las aves y plantas en Chile han evolucionado juntas durante millones de años, creando una interdependencia. Por ejemplo, los picaflores se benefician de la floración de los quintrales en otoño e invierno, y luego migran al sur para alimentarse del notro y chilco. Otros ejemplos incluyen la tenca y el fruto del quintral, así como el choroy, que se alimenta de piñones de Araucarias. Chile Birds investiga estas interacciones, destacando la floración de la puya chilena (Puya chilensis) en el centro y norte del país.
En primavera te invitamos a disfrutar una Kombuchu bien helada y detenerte a observar estos bailes de aves, insectos y flores.
